lunes, 12 de abril de 2010

LA VEGA DE DALIAS

DALIAS CUANDO ERA UN VALLE VERDE
Dalías con sus parras se veia toda verde, en primavera era un gozo al subir los atajuelos y dar vista al pueblo parecía un tapiz con sus parrales de todos los tonos verdes.


Dalias tiene una vega muy bonita. Aqui mostramos un poco de ella
En algunos bancales se vuelven a plantar otra vez los olivos

Photobucket

La primavera llega a Dalías en todo su esplendor: los naranjos florecen impregnando el ambiente de olor a azahar



Los pequeños huertos que aún quedan en Dalías dan frutos de lo más variado, todos de un gusto exquisito, debido a la tierra y el agua del Arroyo que son ambas cosas únicas.



Que bonito esta el peral en flor, parece como si hubiese nevado.


Dalias siempre ha tenido una vega muy bonita, data del tiempo en que los árabes poblaban esta bendita tierra, es por eso que sus bancales son pequeñas paratas de forma escalonada, con altos balates, hechos de piedra, todo manual. Había hombres solo dedicados a este trabajo, se les llamaba (balateros) y eran auténticos expertos en su quehacer.
En el siglo XIX y principios del XX, la vega estaba poblada de olivos dando un aceite exquisito, es por eso que aún quedan restos de algunas almazaras, aunque el olivo no se hizo rentable y a primero del siglo XX fueron arrancando poco a poco los olivos y sustituyendose por parras.
Ya por los años 40, la vega estaba completamente poblada de parras, cuando se subía por los atajuelos y se daba vista al pueblo un valle precioso todo verde se abría a los ojos de todo el que pasara por alli.
Toda la vega era un tapiz verde en todos los tonos que se puedan imaginar, y al fondo el pueblo con su iglesia sobresaliendo justo en el centro como si fuera una soberana, rodeada de casitas pequeñas muy blancas semejando como si un trozo de nube blanca hubiese caído sobre el manto verde que formaban los parrales, y mas al fondo formando una gran barrera nuestro pecho cuchillo protegiendo tan esplendoroso cuadro.
Todo este esplendor de la vega, sucedía desde los meses de Abril hasta Septiembre, entonces la vega, empezaba a cambiar sus colores, de los verdes, pasaban a los amarillos, marrones, grises, todo una gama de colores difícil de describir, pero que era un gozo para la vista, todos los que nos visitaban se paraban a presenciar, tan bonito y único espectáculo.
En las tardes de otoño daba gusto pasear pos sus caminos, con los balates llenos de olorosos mastranzos, perfumando todo el entorno.
En la década de los 80, y principio de los 90, la uva empezó a decaer, otros frutos surgieron con mas fuerza y precios mas altos, "las parras no eran rentables" decían los parraleros y se fueron arrancando las parras, la vega cambió y se produjo un abandono total.
Poco a poco fue desapareciendo ese valle verde que tanto caracterizaba a Dalias y empezaron a surgir los invernaderos, como se dice por aquí: "lo que da de comer". A mí me da mucha pena que la generación de ahora no pueda conocer lo bonita que era Dalias cuando se vestía de verde.

A LA VEGA DE DALÍAS

Salve,¡Oh vega espumada en lejanias
de dulces tonos de topacio y guarda,
que muestras bajo palios de esmeralda,
de oro y ámbar las uvas de Dalías!


Vega hechizo en fulgentes pedrerías,
que bordas con racimos tu guirnalda,
luz y joya del nombre que respalda
el fruto sin rival, que al mundo envías.




¡Oh parrales de prieto racimaje,
donde el sol va cerniendo hilos de fuego
en tamices de pámpanos de encaje!...

¡Oh bellas extensiones de sosiego!,
ante la sugestión de tu paisaje,
enamorada el alma yo te entrego.



12 Abril de 2010
Firma: Analia

No hay comentarios:

Publicar un comentario